Por qué amanecieron vestidas con pañoletas las estatuas de las principales ciudades del país

Por qué amanecieron vestidas con pañoletas las estatuas de las principales ciudades del país

El movimiento de mujeres para la democracia quiere reconocer la fuerza de la presencia femenina en la vida pública y en la toma de decisiones políticas, las estatuas de las principales ciudades del país se despertaron diferentes. En Bogotá, Medellín, Cali y otras capitales, las figuras de bronce y piedra que generalmente pasan desapercibidas parecían vestidas con bufandas de Vinotinto. Un gesto silencioso que tenía un mensaje contundente: las mujeres están listas para defender la democracia. Lea también: Estas 2 mujeres llegaron de China operan las grúas que las pilas para el metro de Bogotá hacen que la intervención no fuera un capricho urbano. Fue el lanzamiento de Women for Democracy, un movimiento cívico que reunió a más de 300 mujeres de todas las regiones y sectores sociales del país. La elección del símbolo no era accidental: vestir los monumentos significaba poner en el centro un llamado para cuidar a las instituciones y reconocer que la voz femenina representa a más de la mitad del electorado colombiano. El nuevo grupo surgió con una certeza: la democracia debe defenderse con hechos, símbolos y participación real. Según las cifras oficiales, el 52% de los que tienen derecho a votar en Colombia son mujeres. Sin embargo, la presencia femenina en la vida pública y en la toma de decisiones aún no refleja ese peso de la población. Se propone que la Rebeca, las mujeres de la democracia de Bogotá llenen ese vacío. Su propósito no es convertirse en un partido o competir en las urnas, sino movilizar a los ciudadanos para comprender la democracia como algo más amplio que un voto cada cuatro años. Es, explican a sus miembros, de un ejercicio diario: exigir responsabilidad, poder expresarse sin temor, organizarse y participar en condiciones de igualdad. La fecha también tiene un significado: el Día Internacional de la Democracia, establecido por las Naciones Unidas en 2007 para invitar a los países a fortalecer sus instituciones y renovar el compromiso ciudadano. El poder de un eslogan «La democracia está de moda» es la frase que las mujeres eligieron como una bandera. Lo que quieren es dejar en claro que la democracia no vive en discursos pomposos o debates de élite, sino lo que sucede todos los días en la calle, en casa y en el trabajo. La elección del color se conecta con la tradición de las luchas sociales en las que los pañuelos se convirtieron en símbolos de resistencia. Pero también tiene un guiño de moda: las estatuas, transformadas en modelos improvisados, se convirtieron en portadores de un mensaje común. Así como las tendencias marcan los tiempos, la democracia debe estar en la agenda todos los días, defendida y renovada por quienes lo habitan. El 15 de septiembre, mientras que en el mundo se hablaba de instituciones internacionales, tratados y compromisos, en Colombia, el movimiento optó por un idioma más cercano, uno que atrajo a la calle y al símbolo urbano. Las mujeres para la democracia también trajeron su mensaje a las redes sociales. Con el hashtag #LadLemocracy se demuestra, lanzaron una campaña digital en la que las mujeres de diferentes regiones contaron sus experiencias en videos cortos. Los testimonios buscaron conseguir un concepto abstracto en realidades concretas: la democracia es la posibilidad de comentar sobre una junta de vecindario, votar en un sindicato, pedir transparencia a un alcalde, elevar la voz sin miedo. En cada historia había un punto común: defender la democracia no es solo un derecho, también es una tarea diaria. El amanecer de las estatuas con bufandas de Vinotinto fue solo el comienzo de una campaña que tiene como objetivo crecer en los próximos meses. Las mujeres que forman este movimiento saben que los símbolos son importantes, pero que el verdadero desafío es mantener viva la conversación sobre la democracia en cada espacio social. La moda cambia, se transforma y se reinventa. La democracia, por otro lado, requiere pruebas, vigilancia y compromiso. Que las estatuas del país se hayan vestido en Vinotinto en el Día Internacional de la Democracia es la señal de que las mujeres están dispuestas a recordarlo. Y ese recordatorio, más que un gesto de pasajeros, es el punto de partida de un movimiento que busca hacer que la participación sea un hábito y la democracia, una causa común.

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