La silenciosa revolución empresarial que ahora se vive en las minas de esmeraldas de Muzo

La silenciosa revolución empresarial que ahora se vive en las minas de esmeraldas de Muzo

Desde hace 16 años Compañías Muzo Colombia opera la mina Puerto Arturo con un modelo minero diferente al utilizado años atrás. Estuvimos allí La región de Muzo, en Boyacá, es reconocida desde hace décadas como la tierra de las esmeraldas. Durante mucho tiempo, ese resplandor verde quedó eclipsado por la forma en que se extraía: montañas con canales abiertos, ríos turbios, comunidades abandonadas y un comercio marcado por la dureza, la violencia y la informalidad. La riqueza se medía en piedras preciosas, mientras que el medio ambiente y las personas quedaban relegados a un segundo plano. Lee también: ¿Cómo saber si una esmeralda es auténtica? Hoy esa imagen comienza a transformarse. La empresa Muzo Colombia, responsable de la mina Puerto Arturo, considerada la más productiva del país, decidió cambiar la forma de entender la minería. Ya no se trata sólo de extraer esmeraldas, sino de hacerlo con respeto a la tierra, a los trabajadores y a la comunidad que habita esas montañas. Lo que alguna vez fue un territorio devastado hoy luce diferente: gran parte de la operación se realiza bajo tierra y con estrictos controles que buscan proteger la biodiversidad y minimizar el impacto ambiental. El giro no se limitó a la técnica, sino también a la filosofía. Muzo Colombia asumió la sostenibilidad como un compromiso ineludible. Ha impulsado programas de reforestación y plantación de árboles nativos, además de recuperar suelos para reparar las huellas dejadas por décadas de explotación descontrolada. No se trata sólo de hacer las paces, sino de garantizar que las generaciones futuras encuentren un entorno más sano y equilibrado. La apuesta también pasa por diversificar la economía local. Un ejemplo es la producción de cacao en la región, un proyecto que ha abierto oportunidades además de la minería y que ofrece empleo estable a varias familias. Con esto, Compañías Muzo demuestra que es posible pensar en actividades complementarias que fortalezcan el tejido social y reduzcan la dependencia exclusiva de la extracción de esmeraldas. Desde que Compañías Muzo llegó a la zona, la calidad de vida de los mineros y de los habitantes de la región mejoró. El cambio más fuerte se refleja en la vida cotidiana de los mineros. Durante muchos años los mineros de Muzo trabajaron sin estabilidad ni apoyo. Trabajaron durante varias décadas con la sensación de que sus jornadas de trabajo dentro de las minas eran apuestas contra lo inesperado. Esa situación empezó a cambiar con la formalización que les dio Compañías Muzo Colombia: hoy tienen seguridad social, procesos de capacitación y condiciones laborales que hace unos años parecían imposibles. Ingresar a la mina de Puerto Arturo, una de las más importantes del país, ya no es sinónimo de arriesgarlo todo en cada uno de los turnos. Ahora que saben que están trabajando con equipos de protección, protocolos claros y medidas que anteponen la salud y la seguridad, la situación ha cambiado. Pero la transformación no se quedó dentro de la mina. Esta transformación también benefició a la comunidad gracias a un proyecto llamado Fundación Muzo, que en la región solo llaman ‘la fundación Acecas’. La fundación Muzo es el brazo social de la empresa. A partir de allí se pusieron en marcha varios proyectos que responden a necesidades que estuvieron desatendidas y olvidadas durante muchos años: comedores comunitarios para garantizar la alimentación, programas educativos y de salud, y oportunidades que empiezan a cambiar la cara de la región. Ahora la minería de esmeraldas en Muzo se realiza de una manera diferente, mucho más amigable con el medio ambiente y la comunidad. Comedores comunitarios, proyectos educativos y de salud son parte de un esfuerzo que intenta saldar una deuda histórica con las familias que vivieron de la minería sin ver reflejados sus beneficios. Desde comedores sociales para garantizar la alimentación de las familias hasta programas educativos y de salud, el propósito es mejorar la calidad de vida en una región que convivió durante años con la minería sin recibir beneficios suficientes. Muzo, que durante décadas fue sinónimo de violencia, deterioro y cicatrices en la tierra, gracias a la nueva forma de intervenir en las minas por parte de una empresa norteamericana, que llegó a la región hace más de 12 años, hoy comienza a ser reconocida por iniciativas que hablan de futuro: reforestación, producción de cacao, programas de educación y salud, seguridad laboral y desarrollo comunitario. Cada piedra que sale de las entrañas de Puerto Arturo lleva ahora una historia diferente. Ya no es el de montañas heridas o comunidades desprotegidas, sino el de un proceso formal acompañado de inversión social y compromiso con la sostenibilidad. La experiencia de Compañías Muzo Colombia demuestra que la minería puede reinventarse. No es un camino fácil ni rápido, pero sí imprescindible. Hacer minería sin destruir el verde de las montañas ni el agua que las rodea, cuidando a los trabajadores y generando nuevas alternativas para las comunidades, no sólo es posible: es la única manera en que esta actividad tiene futuro. Puerto Arturo ya no es la mina a cielo abierto y peligrosa de antaño. Es un proyecto que combina técnica, inversión y responsabilidad, y que busca conciliar la región con su riqueza natural. La empresa Muzo Colombia demostró que las esmeraldas no tienen por qué ser símbolo de cicatrices. Al final Compañías Muzo Colombia está demostrando que el verdadero valor de una esmeralda no está solo en su brillo, sino también en toda la historia que la rodea. Hoy es una piedra que también habla de sostenibilidad, comunidad y futuro compartido.

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