Oscar Isaac puede ser el héroe de la nueva trilogía de Star Wars derrotando al imperio; un luchador feroz y cruel en la película “Cristiada” o alguien de carácter en “Dune”, pero hubo alguien que lo hizo llorar y fue un director mexicano.
Resulta que el guatemalteco forma parte de la nueva versión cinematográfica de “Frankenstein”, película que llega este jueves a selectas salas de cine mexicanas, interpretando al científico loco que da vida a una criatura compuesta por partes del cuerpo humano.
Pero su entrada al proyecto fue “dura”, porque Guillermo del Toro sin querer lo hizo llorar antes de que el centroamericano aceptara trabajar con él.
Todo empezó sin problemas. El tapatío lo invitó a su casa para hablar de la vida, de ser padre y ser hijo, de arte, de industria, de lo que querían para ellos en la vida más allá de lo económico.
Y de repente, dice el propio Isaac en notas de producción, Del Toro empezó a hablar de «Frankenstein» y terminó diciéndole que lo quería como el médico que empezara todo. Él le dio una copia de la novela original de Mary Shelley y se despidieron.
Pasaron varios meses antes de que se volvieran a encontrar, ahora en Nueva York, donde Isaac leyó una primera versión del guión. Y fue entonces cuando lloró.
«Lloré por lo emotivo que fue. Sentí que Guillermo estaba diciendo cosas muy personales a través de Víctor y la Criatura. Me identifiqué con muchos de los temas que se trataron. Hay una hermosa circularidad en esta idea de padres e hijos y de cómo se transmite el trauma, de cómo el bien y el mal son dos caras de una misma moneda, y de cómo van de un lado a otro sin parar, de cómo las palabras no necesariamente nos acercan a la verdad», afirmó el actor de 45 años.
“Frankenstein” comienza con un barco atrapado en el hielo y una gran explosión que alerta a la tripulación. Al acudir al lugar se encuentran con el científico quien les pide que se vayan porque algo vendrá a por él.
Durante su convalecencia cuenta su historia, desde su infancia, cuando sufrió la muerte de su madre y se obsesionó con preservar la vida de alguna manera.
«Guillermo y yo discutimos mucho sobre acercarnos a Víctor como un músico, similar a una estrella de rock. Él no es el científico que tanto hemos visto. Es un artista incomprendido y eso lo impulsa a acosar. Esa energía punk fue algo importante. Cuando Víctor entra al laboratorio por primera vez, lo imagina como un escenario, no como un laboratorio. Esa fue una forma inesperada de conectar con él», dijo.
CNN





