Cómo Felipe Saruma se hizo influencer, montó productora y se volvió millonario

Cómo Felipe Saruma se hizo influencer, sumó 15 millones de seguidores, montó productora y se volvió millonario

Comenzó a hacer vídeos humorísticos en la escuela que fácilmente se volvieron virales. Hoy, a sus 26 años, es uno de los influencers colombianos que más dinero gana. La risa de Felipe Saruma es amplia y ruidosa. Sus seguidores, que suman más de cinco millones en Instagram, la reconocen en cualquier vídeo. Es su seña de identidad, junto a sus pobladas cejas negras que terminan de dibujar el rostro de un personaje que irradia humor, empatía y una naturalidad que pocos logran mantener frente a una cámara. Esa misma autenticidad fue la que conquistó a Andrea Valdiri, bailarina e influencer con quien compartió una relación muy sonada. Pero antes de que las luces y las figuras lo acompañaran, su historia comenzó lejos de los decorados y los focos, en una modesta casa del barrio Diamante II de Bucaramanga, donde descubrió que podía hacer reír a los demás, incluso en los días más grises. Felipe Saruma nació en 1999 en Bucaramanga, aunque su infancia transcurrió entre esa ciudad y Barranquilla. Desde pequeño mostró curiosidad por las cámaras. Aquellas primeras grabaciones caseras fueron el comienzo de una pasión que luego se convertiría en profesión. En el colegio, mientras completaba el bachillerato en Arenas, continuó con su vocación. Quizás te interese: La historia del hijo no reconocido de Alejandro Char que tuvo con una bogotana hace 33 años En varias entrevistas, Felipe ha mencionado que durante esa etapa aprendió a valorar el trabajo constante, la disciplina y el esfuerzo silencioso que requiere cualquier sueño. En 2013, cuando las redes sociales empezaban a consolidarse como una nueva ventana para los creadores, abrió su canal de YouTube sin imaginar que se convertiría en la puerta de entrada a un universo completamente nuevo. Su contenido era inicialmente sencillo: chistes cotidianos, parodias y reflexiones grabadas con una cámara prestada. Sin embargo, lo que lo diferenciaba era su capacidad para conectarse. Saruma no sólo buscaba provocar risas, también transmitía mensajes sobre la vida, la amistad y el amor, con un lenguaje cercano y visualmente atractivo. Poco a poco su trabajo comenzó a viralizarse y el joven bumangué se convirtió en uno de los nombres más reconocidos de la nueva generación de creadores colombianos. «En aquella época estaban de moda los vídeos de humor de un minuto. Entonces me levantaba a las 7 de la mañana para escribir el guión y grabar para subir el vídeo a las 6 de la tarde. Hice esto durante meses sin descansar», confesó en una entrevista con Q’Hubo. Leer más: La pintora colombiana más joven en exponer sus obras en el Salón de Otoño de París Su crecimiento coincidió con el auge de Instagram y TikTok, plataformas donde perfeccionó su estilo. Fue en esa etapa, en 2016, cuando su carrera dio un giro y consiguió su primer bolo con Almacenes Éxito. Dos años después, cuando regresó temporalmente a su Bucaramanga natal, sucedió un hecho más que cambiaría su vida: Alejandro Sanz volvió a publicar uno de sus videos, evento que lo lanzó al público mundial. Felipe empezó a interesarse por el detrás de escena, por la construcción visual de cada historia y por la forma en que la luz, el color y la música podían modificar las emociones del público. Esa curiosidad lo llevó a estudiar producción audiovisual y capacitarse empíricamente con cada proyecto que realizaba. Su nombre empezó a sonar entre marcas y artistas que buscaban a alguien capaz de traducir las emociones en imágenes. Así nació Vertical Cinema, su productora, un proyecto que comenzó como un sueño personal y acabó convirtiéndose en una empresa consolidada y con sello visual propio. Desde sus oficinas, ubicadas en Barranquilla, se producen piezas audiovisuales para campañas publicitarias, videoclips y cortometrajes con una estética narrativa y sensorial. Entre los artistas con los que ha trabajado la compañía se encuentran Silvestre Dangond, Reykon, Sofía Castro y Elder Dayán. El nombre Vertical no fue elegido al azar. Felipe quiso referirse al formato vertical de los móviles, símbolo de la nueva forma de consumir contenidos. Su objetivo era demostrar que en ese formato también se podían contar historias de calidad cinematográfica. Hoy, Vertical Cinema trabaja con marcas nacionales e internacionales y se ha posicionado como una de las productoras más innovadoras del país. La transición de influencer a director no fue inmediata ni fácil. Felipe Saruma debía ganarse un lugar en un ambiente donde muchos lo encasillaban como un creador de contenidos ligeros. Pero su determinación le llevó a superar las etiquetas. En pocos años pasó de grabar videos caseros a dirigir comerciales para reconocidas marcas como Anyeluz y el Carnaval de Barranquilla, diseñando campañas publicitarias con enfoque narrativo y trabajando con equipos técnicos que hoy lo reconocen como un profesional integral. A nivel personal, su relación con Andrea Valdiri marcó un antes y un después en su vida pública. Juntos se convirtieron en una de las parejas más mediáticas del país, seguida por millones de usuarios que admiraron su complicidad y creatividad en las redes sociales. Aunque su historia de amor llegó a su fin, ambos mantienen una relación cordial y han colaborado en varios proyectos. Sin embargo, Felipe recuerda aquella ruptura como un momento de reflexión y dolor, en el que aprendió y creció. «Para mí era como si el mundo se hubiera acabado, no tenía relación con mis padres… Entonces para mí ese diciembre fue estar solo con unos amigos. En ese momento dije, ¿qué voy a hacer?», confesó en una entrevista con La Red. Incluso relató que perdió peso y pasó por lo que popularmente llaman una “lipotusa”, hasta que, cuando sintió que no podía tocar fondo, logró reestructurarse y pensar en su futuro. Decidió seguir con sus proyectos y no cerrarse a la idea de volver a casarse más adelante. Hoy, a sus 26 años, Felipe Saruma es una figura representativa del entretenimiento digital colombiano. Su evolución del humor al cine publicitario refleja el camino de muchos jóvenes creadores que encontraron en las plataformas digitales una oportunidad para reinventar la industria. Vertical Cinema continúa expandiéndose, trabajando en nuevas producciones y colaboraciones con artistas que buscan propuestas frescas y visualmente poderosas.

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