Cruceros que condensan 6 destinos en 7 días, escalas que lo mantienen durante horas en el aeropuerto, rutas que conectan varios países en tren … la tendencia actual es «Tome la mayor parte de sus vacaciones y visite tantos lugares como pueda en el tiempo récord». ¿Pero realmente disfrutas?
Si sus viajes suelen ser tan frenéticos, seguramente lo hará más agotado que cuando se fue. Corres de un lugar a otro, eres mil fotos y al final sientes que no has conocido a fondo el lugar o conectado a la cultura local. En silencio, nos ha pasado a todos. Afortunadamente, depende de usted decidir cómo quiere vivir su próxima aventura.
Si está interesado en descubrir otra forma de viajar, el Viaje lento Puede ser para ti. En esta guía le decimos todo lo que necesita saber para ponerlo en práctica.
¿Cuál es el viaje lento?
El viaje lento (viajar lentamente) es exactamente lo opuesto a esa locura turística que casi parece un maratón en lugar de unas vacaciones. Cuando practique un viaje lento, tome su tiempo, sabore cada momento de su estadía y disfrútelo con los 5 sentidos.
Esta filosofía de viaje se debe a una regla simple: calidad por encima de la cantidad. Es mejor conocer un lugar bien que pasar cien punta. Por lo tanto, se logra conectarse realmente con las personas, la atmósfera y las experiencias en vivo que realmente te dejan una marca.
Consejos para sumergirse en la cultura local
¿Te atreves a probar el viaje lento? Aquí hay algunos consejos para transformar su próxima aventura en una experiencia más auténtica, tranquila y enriquecedora:
- Quédese al menos una semana en cada ciudad para conocerla realmente. Puede establecer rutinas, encontrar su cafetería favorita e incluso hacer amigos locales.
- Una cosa práctica que puede facilitar el viaje lento es utilizar un servicio ESIM para tener Internet en su destino.
- Para moverse, es mejor usar el transporte público. Los autobuses y trenes lo conectan con la vida real del lugar. Además, es más sostenible con el medio ambiente y más barato para su bolsillo. Todo es ventajas.
- Aprenda algunas palabras del idioma local. No es necesario ser un experto. Con un «hola», «gracias» y «perdón» ya rompes el hielo. La gente siempre aprecia el esfuerzo.
- Olvídate de los restaurantes turísticos del centro. Los mejores sabores están en esos bares del vecindario donde los vecinos van a desayunar. Pregunte a los lugareños cuál es su sitio favorito para descubrir las auténticas joyas gastronómicas.
- Tómalo con calma. En lugar de salir de un museo en un museo, caminar por los mercados locales, sentarse en un parque o simplemente mirar el ambiente mientras bebe café.
- ¿Hay una fiesta local mientras estés allí? ¡Participe en la celebración y mezcle con las personas allí para vivir la experiencia completamente!
Ventajas del viaje lento
La próxima vez que planifique un viaje, piense que menos es más. Viajar no es una competencia de quién ve más cosas, pero es mucho más satisfactorio tomarse el tiempo para ingresar a la vida local. ¿Porque? Por varias razones:
- Viajar lentamente reduce el estrés. No hay prisa, no hay horarios imposibles o tempranas mañanas que te dejen zombie. Puedes improvisar y cambiar los planes sin carga.
- Es más barato. Cuando permanezca más tiempo en cada lugar, puede encontrar alojamientos más baratos. Los apartamentos durante semanas dejan mucho mejor que los hoteles.
- Vas a casa con historias reales. No solo fotos de monumentos, sino también experiencias vividas. Conversaciones con instalaciones, nuevos sabores y momentos especiales que recordarás para siempre.





