Hoy, a las cinco de la tarde, el expresidente Álvaro Uribe se presentó en el municipio de Sabaneta, Antioquía, tras recibir la boleta de libertad que le otorgó el Tribunal Superior de Bogotá. Su anuncio, realizado a través de sus redes sociales, generó una gran expectativa y atrajo a más de 5,000 personas que lo esperaban con entusiasmo.
El evento, que tuvo lugar en las cercanías de la iglesia de María Auxiliadora, emblemática en la región, fue un verdadero espectáculo. Uribe habló durante aproximadamente una hora, en un discurso que muchos describieron como «apoteósico». Con su característico ímpetu, el exmandatario se comprometió a dedicar cada minuto de su libertad a luchar por el bienestar de Colombia.
Durante su intervención, Uribe enfatizó la importancia de la fe y la unidad en tiempos difíciles, elementos que resonaron fuertemente en la multitud. La misa en honor a la virgen María Auxiliadora, a la que asistió después de su discurso, simbolizó no solo un acto de devoción, sino también un momento de esperanza para sus seguidores.
La jornada se cerró con un ambiente de celebración, donde los asistentes expresaron su apoyo y lealtad a Uribe, quien, tras su liberación, busca retomar su papel en la política y continuar su labor por el país. Este evento no solo marcó su regreso, sino que también reflejó la profunda conexión que mantiene con sus bases en Antioquía.
La libertad de Uribe, en un contexto de fervor popular, marca un nuevo capítulo en la política colombiana. Su compromiso de «luchar por la libertad de Colombia» promete mantenerlo en el centro del debate público en los días venideros.
