El Gobierno británico anunció este jueves un plan para ampliar de cinco a veinte años el plazo que algunos inmigrantes deben esperar para obtener la residencia permanente, dentro de una reforma que vincula el acceso al asentamiento con virtudes como la contribución económica, la integración y el comportamiento cívico.
El Ejecutivo Laborista abrió un periodo de consultas hasta el 12 de febrero para ultimar la propuesta, que contempla plazos más cortos para quienes tengan ingresos elevados, trabajen en servicios públicos esenciales como la sanidad o participen en la comunidad.
Según la iniciativa publicada hoy, la mayoría de los afectados verán ampliado a diez años el período de asentamiento permanente, y esto incluye a 1,6 millones de personas que llegaron al Reino Unido desde 2021, tras la implementación del Brexit en 2020. Pero si demuestran unos ingresos elevados podrán ver acortado el plazo: cinco años para quienes ganen al menos 50.270 libras al año (unos 57.200 euros) o sólo tres si superan los 125.140 libras al año (unos 142.300 euros).
En cambio, quienes hayan recibido beneficios por más de doce meses deberán esperar veinte años, y quienes los hayan recibido por menos de un año deberán esperar quince años.
(Según estimaciones oficiales, alrededor de 1,6 millones de personas podrían obtener la residencia permanente entre 2026 y 2030, con un pico de aproximadamente 450.000 solicitudes previstas para 2028.
«Ganar el acuerdo»
La reforma para la migración legal presentada hoy, bautizada como «ganar asentamiento», se plantea después de que el pasado lunes el Gobierno laborista detallara otro proyecto para cambiar el sistema de asilo, que restringirá también el acceso a la residencia, endurecerá la reunificación familiar y acelerará las deportaciones.
Entre otras medidas, los refugiados que huyan de conflictos podrán permanecer durante un periodo inicial de 30 meses (2,5 años), revisable en función de la situación de su país de origen, y se retrasará el acceso a la residencia permanente de cinco a veinte años, durante los cuales podrían perder su derecho a permanecer en el Reino Unido.
La ministra del Interior británica, Shabana Mahmood, hija de inmigrantes paquistaníes, declaró al presentar su plan al Parlamento que «la residencia es un privilegio que hay que ganarse. Actualmente, eso no ocurre; se concede casi automáticamente tras cinco años de estancia en el país», afirmó.
Según la ministra, si no se aplican estas reformas, que también suponen retrasar el acceso a la ciudadanía, «la inmigración podría generar divisiones más profundas en la sociedad británica».
Frente a sus colegas que la acusan de acercarse al discurso de la extrema derecha, Mahmood sostiene que sólo escuchando las preocupaciones de quienes están resentidos por la llegada excesiva de inmigrantes se puede evitar un aumento del odio y la radicalización social. EFE
