Un migrante venezolano, presunto miembro del tren transnacional de Aragua y mantuvo una alerta emitida por los Estados Unidos, fue arrestado en Panamá por la policía fronteriza cuando intentó regresar voluntariamente a su país de origen, según las autoridades panamanas el lunes.
El venezolano de 28 años «fue detenido por unidades del tercer Batallón del Pacífico del Servicio Nacional de Borios en conjunto con el personal del Servicio Nacional de Migración, durante un proceso de verificación a través del sistema de registro biométrico», dijo el Servicio Nacional de la Frontera (Policía Senafront/ Fronteriza).
Fue arrestado cuando trató de regresar a Venezuela, en el marco del flujo migratorio hacia el sur, en la comunidad remota de Jaqué, en la provincia de Darién, la frontera natural con Colombia utilizada hasta el año pasado como una ruta de Sudamérica para llegar a los Estados Unidos, como confirmó una fuente oficial.
El migrante «fue de manera irregular en el territorio panameño y, después de la verificación, se confirmó que mantuvo una alerta emitida por el gobierno de los Estados Unidos, por su presunto vínculo como miembro del grupo criminal conocido como el tren Aragua».
Las autoridades señalaron que «se dirigía hacia su país de origen en el regreso voluntario» pero que «, en el momento de su verificación, mantuvo las siguientes indicaciones en su poder: un teléfono celular, dos envoltorios con posible sustancia ilícita (supuestamente marihuana), una tubería para fumar y un más ligero».
Por lo tanto, «se puso a disposición de las autoridades competentes para los procedimientos correspondientes», según la información oficial.
El tren Aragua es una banda transnacional con origen en Venezuela, un país que recientemente mantiene la tensión con los Estados Unidos antes del gran despliegue militar estadounidense en el Caribe para combatir el tráfico de drogas.
Más de 13.200 migrantes irregulares han ingresado a Panamá en lo que va del año, en su tránsito de regreso al sur del continente, después de haber visto frustrarse a los Estados Unidos, según las autoridades de Panamá.
Los pueblos del pueblo de la gente de Costa Rica, Panamá y Colombia cídenes a más 14,000 personas que regresaron de México y Estados Unidos hasta 2025, lo que, como advierten, sería una creciente crisis humanitaria en la región debido al aumento de la migración inversa.
Hasta 2024, la peligrosa jungla de Darién era una ruta cruzada diariamente por cientos de migrantes que intentaban llegar a los Estados Unidos en busca de una mejor calidad de vida.
Sin embargo, una batería de políticas implementadas por el gobierno de José Raúl Mulino para detener ese flujo, como el cierre de pasos no autorizados y vuelos de regreso, se sumó a las duras medidas del nuevo presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, redujo drásticamente ese paso de los migrantes por parte del Darién.
En total, en lo que va del año, 2.934 cruzaron la jungla de Darién, la mayoría de ellos en enero de 2229, mientras que en julio pasado solo siete personas lo hicieron, en comparación con los 302,000 que cruzaron en 2024 o más de 520,000 en 2023.
Ahora, los migrantes buscan regresar al sur, acumulándose en las comunidades del Caribe de Panamá mientras esperan los barcos que los cruzan hasta el punto más cercano de la frontera con Colombia.
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